«La experiencia es la única maestra en la que podemos confiar»
Así escribió Leonardo Da Vinci, y así tuvimos la gran oportunidad de participar en la Feria de Alicante, que nos cambió profesionalmente como aprendices y nos hizo formar parte de una realidad española siempre viva.
Era un viernes de finales de septiembre, Elche, la ciudad donde comenzó nuestro viaje, mil expectativas y luego cien curiosidades que teníamos en la mente antes del inicio de esta experiencia.
Uno de los puntos clave que experimentamos en nuestra piel, pero sobre todo hicimos saborear a nuestras papilas gustativas, es el envolvente sabor de la interculturalidad. Conocer gente y culturas diferentes durante la feria de Alicante nos abrió nuevos horizontes culinarios de diversas tradiciones, no sólo locales sino también internacionales, de Costa Rica a Argentina, de Grecia a Japón, pasando por México y Cuba hasta llegar a Nuestra Italia.
Las cuatro realidades italianas que representamos, que hasta entonces sólo conocíamos por sus magníficos productos, también nos hicieron descubrir personas hermosas, humildes, entregadas a su trabajo, firmemente convencidas en la misión de su negocio. La realidad de Caffè Zantó con su corazón dividido entre Costa Rica e Italia, Caramelle Stregate con sus productos que palpitan la tradición sarda, las empanadas argentinas de La Yeca que desprenden los sabores del Bel Paese en su relleno, y cómo no mencionar los helados artesanos italianos de Menodiciotto, directamente desde Turín.
Fue una feria que nos deparó muchas sorpresas, como un stand enteramente dedicado a un país, la Grecia que explicaba, cocinaba y servía muchos platos de su tradición, desde el famoso queso griego, el Feta, hasta la degustación de tsatsiki, que en nosotros permanecerá, por desgracia, sólo como un bello recuerdo, al no haber tenido la oportunidad de probar estas joyas.
Diseminados en manchas de leopardo había numerosos escenarios cuidadosamente organizados para el show cooking y las degustaciones que lo acompañaban, como croissants, pan gallego e incluso chocolate en sus diversas formas e intensidades.
No menos importante fue el papel desempeñado por la Fondazione Mediterranea, una organización sin ánimo de lucro cuyo noble objetivo es poner en marcha actividades, iniciativas y proyectos que potencien el patrimonio, la sostenibilidad y el fomento de la creatividad y la innovación cultural.
La Feria de Alicante también fue sinónimo de jóvenes: en concreto, los del proyecto ERASMUS tuvimos una amplia oportunidad de entender, aprender y robar con la mirada la artesanía de quienes ponen el corazón en su trabajo: desde los expositores hasta los organizadores de la Feria, conociendo y también hablando con el director Antonio Ruiz, una de las almas palpitantes de esta organización.
Tanto la Feria de Alicante como la Augusta Ibérica se sienten orgullosas del proyecto y aprecian la iniciativa en su totalidad. La organización ferial ha organizado realmente un evento de primer orden, siendo la importancia de las marcas invitadas sólo una de las muchas flechas de su arco. Augustea Ibérica también apoya este proyecto.
En conclusión, sin duda Alicante Gastronómica movió el sol y las demás estrellas, parafraseando a Dante, sumergiéndonos en un mundo donde nosotros somos protagonistas, Italia es protagonista, Augustea Ibérica es protagonista!
TEXTO: JacopoTavio (Universidad de Udine)
VÍDEO: Elisa Caissutti (Universidad de Udine)
Estudiantes Erasmus + Traineeship en colaboración con la soc. Augustea Iberica sl